Dado que los aranceles recíprocos sobre los socios comerciales de EE. UU. entrarán en vigor el 9 de abril, el presidente Donald Trump ha centrado gran parte de su atención en el régimen chino.
Cuando Trump anunció nuevos aranceles del 34 % sobre China, lo que eleva los aranceles adicionales totales de EE. UU. al 54 %, Pekín respondió con aranceles incrementales del 34 % sobre los productos estadounidenses, convirtiéndose en el primer país en tomar represalias.
Trump subió la apuesta el 7 de abril, amenazando con un gravamen adicional del 50 % sobre los productos chinos si el régimen no retiraba su arancel de represalia del 34 % antes del 8 de abril. El nuevo tipo de los EE. UU. entraría en vigor el 9 de abril, y también terminarán todas las negociaciones con China. El Ministerio de Comercio del régimen chino respondió el 8 de abril alegando que Pekín no aceptará las demandas de Trump y prometiendo «luchar hasta el final».
La Casa Blanca confirmó que los aranceles del 104 % sobre China entrarán en vigor el 9 de abril para posteriormente ascender a 125 % y luego aumentarlos a un 145%. China respondió inicialmente con un arancel del 84 % a los productos estadounidenses para luego seguir elevándolo.
Hasta ahora, unos 70 países han solicitado negociar con Estados Unidos, según ha informado el secretario del Tesoro, Scott Bessent.
Varios expertos afirmaron que, aunque muchos líderes mundiales acabarán accediendo a las exigencias de Estados Unidos tras el rechazo inicial, el líder del Partido Comunista Chino (PCCh), Xi Jinping, no lo hará, ni siquiera con el ultimátum añadido.
«Xi se ha vendido a nivel nacional e internacional como el tipo que se enfrenta a Estados Unidos, y la gente que quiere enfrentarse a Estados Unidos debería ponerse a la cola del presidente Xi», indicó Christopher Balding, miembro directivo del grupo de expertos británico Sociedad Henry Jackson (HJS por sus siglas en inglés), a The Epoch Times.
«Sería catastrófico que se viera a Xi como alguien que cede ante Trump de alguna manera».
Los expertos también dijeron que el PCCh no puede y no quiere dar a Estados Unidos lo que quiere: que China controle sus exportaciones de precursores del fentanilo y abra su mercado.
El actual enfrentamiento arancelario entre Estados Unidos y China es más que un conflicto comercial, según Yeh Yao-Yuan, profesor de estudios internacionales en la Universidad de St. Thomas en Houston.
«Es una disociación más agresiva porque la escalada de aranceles hará que el comercio bilateral caiga aún más», declaró Yeh a The Epoch Times. «Si la disociación persiste conducirá a una guerra fría».
El experto en China Alexander Liao afirmó que cree que la situación actual acabará convirtiéndose en una contienda entre Trump y Xi. Trump depende del poder de la economía estadounidense, mientras que Xi cuenta con el apoyo del férreo sistema de control del régimen comunista.
Ante esto, añadió Liao, Xi está en desventaja porque tiene poco margen de maniobra política.
«Washington tiene muchas cartas», indicó a The Epoch Times. «Pekín tiene pocas».

Todos los caminos conducen a China
Al anunciar los aranceles recíprocos en el Jardín de las Rosas de Washington el 2 de abril, Trump mostró una lista de países.
Aunque China encabezaba la lista, no recibió el tipo más alto. Otros países del sudeste asiático que las empresas chinas utilizan para el transbordo, como Vietnam y Camboya, recibieron gravámenes de casi el 50 %.
Sin embargo, Balding dijo que el verdadero objetivo de la administración era China.
«Creo que quieren ser mucho más agresivos con China, pero quieren hacerlo muy discretamente», manifestó.
«Lo hicieron casi, en cierto modo, para proteger a China», señaló, refiriéndose al enfoque de la administración de anunciar aranceles globales radicales para que el gravamen sobre los productos chinos no destacara tanto.
Balding señaló que Trump aplica los aranceles a otros países de manera diferente a como lo hace con China. En el caso de los aranceles estadounidenses a otros países, las tasas se establecen para fomentar las negociaciones. Sin embargo, Balding comentó que los aranceles impuestos a China son tan altos que las negociaciones han sido muy difíciles para Pekín.
Tres países se vieron afectados por los aranceles anteriores del 25 % sobre el fentanilo: Canadá, México y China.
Los dos países norteamericanos quedaron exentos de los aranceles recíprocos de la semana pasada. La Casa Blanca dijo que Canadá y México seguirán en el régimen de aranceles sobre el fentanilo y pasarán al régimen de aranceles recíprocos después de llegar a un acuerdo bilateral con Estados Unidos.
En comparación, China recibió un gravamen recíproco además de los aranceles del fentanilo. La mayoría de las importaciones chinas están ahora sujetas a un gravamen de más del 60 %, la cantidad de la que habló Trump en la campaña electoral.
Según Balding, un arancel tan elevado al inicio de la negociación dificulta mucho que Xi llegue a un acuerdo. El líder chino, subrayó, tendría que hacer muchas concesiones a Estados Unidos, compromisos que Xi no está dispuesto a hacer, para que Washington reduzca la tasa a la mitad. Incluso si eso sucediera, la mitad restante seguiría siendo demasiado alta para que China la soportara, según Balding.
«¿Qué quiere Trump?», expresó Balding. «Me parece que básicamente está diciendo: «Desacoplémoslo todo de China tanto como podamos»».
Desde que Trump regresó a la Casa Blanca muchas de sus políticas exteriores han estado directa e indirectamente impulsadas por China.
En una entrevista con CBS News el 6 de abril, el secretario de Comercio, Howard Lutnick, expresó que el propósito de los aranceles globales era evitar que China transbordara mercancías a Estados Unidos, algo que muchas empresas chinas hicieron durante el primer mandato de Trump para eludir sus aranceles.

Básicamente Trump manifestó: «No puedo permitir que ninguna parte del mundo sea un lugar donde China u otros países puedan hacer envíos a través de ellos», añadió Lutnick.
El secretario de Estado, Marco Rubio, visitó Panamá como parte de su primer viaje oficial al extranjero. Poco después de la visita, Panamá declaró que no renovaría su acuerdo con la Iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda de China, una plataforma geopolítica para que el PCCh amplíe su influencia global.
Un consorcio empresarial estadounidense liderado por BlackRock Inc. también está comprando la empresa con sede en Hong Kong que gestiona los puertos a cada extremo del Canal de Panamá, un paso vital para los buques de guerra y la carga entre los océanos Atlántico y Pacífico. El acuerdo final no se firmó el 2 de abril como estaba previsto inicialmente, ya que la agencia de regulación del mercado de China anunció una revisión unos días antes.
La intención de Trump de adquirir Groenlandia también está vinculada a China. Rubio ha declarado que Estados Unidos quiere comprar Groenlandia debido a la falta de confianza en que Dinamarca pueda resistir la penetración del régimen chino en esta ubicación estratégica del Ártico. La región es fundamental para la futura competencia en recursos naturales y el control de las rutas de envío mundiales.
Lecciones aprendidas
La administración Trump ha aprendido de su primer mandato y ahora está tratando con China de manera diferente, declararon los expertos.
Durante la primera administración, Trump tardó dos años en negociar y firmar un acuerdo comercial de «fase uno» con China. Al final, Pekín no cumplió su promesa de comprar 200 000 millones de dólares (175 000 millones de euros) adicionales en productos estadounidenses durante dos años.
Trump también ha mencionado en repetidas ocasiones que Xi había prometido castigar a cualquiera que fabricara fentanilo y lo enviara a Estados Unidos. Esa promesa tampoco se ha cumplido.
Liao expresó que la estrategia del PCCh es alargar las cosas. Por ejemplo, puede que se tarde dos años en llegar a un acuerdo y otro año más para que Washington descubra que Pekín no ha cumplido sus promesas.
«El déficit comercial de EE. UU. con China fue de unos 300 000 millones de dólares (264 000 millones de euros). Eso significa que el impacto negativo de un arancel del 34 % se sentirá mucho más en China que en Estados Unidos»
En este ciclo, Estados Unidos corre con el coste de tales retrasos.
Esta vez, al imponer los aranceles por adelantado, Trump ha hecho recaer inmediatamente el coste sobre Xi, indicó Liao y añadió, que está de acuerdo.
«Si quieres alargar esto durante años y años, adelante», subrayó, describiendo el enfoque de Trump. «Vamos a imponer enormes cantidades de dolor desde el principio, de modo que si quieres alargar el proceso, estás alargando tu dolor».
El déficit comercial de Estados Unidos con China fue de unos 300 000 millones de dólares (263 000 millones de euros) en 2024. Eso significa que el impacto negativo de un arancel del 34 % se notará mucho más en China que en Estados Unidos.

La economía de China ha dependido de un modelo impulsado por las exportaciones durante años. En 2024, el crecimiento de las exportaciones de China fue una de las pocas buenas noticias para Pekín. Debido a los bajos precios de exportación, el crecimiento del volumen de exportación de China superó al volumen de comercio mundial en un 12 % frente a un 3 % en septiembre de 2024, según el Consejo de Relaciones Exteriores. La última publicación de datos corrobora la misma tendencia.
A medida que China sigue luchando por estimular el consumo, tiene una mayor necesidad de compradores extranjeros debido a su exceso de capacidad de fabricación. Es probable que la disminución de las exportaciones provoque una acumulación de mercancías que la base de consumo interno no puede absorber. Estas condiciones exacerbarán el efecto de los aranceles en la economía china.
Trump y Xi se miran fijamente
Muchas de las exportaciones de China a Estados Unidos son bienes reemplazables, lo que significa que los consumidores estadounidenses pueden encontrar alternativas fácilmente. Por lo tanto, es menos probable que paguen el aumento de precio de los productos chinos debido a los aranceles. En su lugar, comprarán productos importados de otros países.

Los datos comerciales de 2024 entre EE.UU. y China están ordenados por balanza comercial ($), desde déficit comercial hasta superávit. China incluye Hong Kong.
Las tierras raras son una excepción. China produce el 90 % de estos metales críticos en el mundo. El 4 de abril, Pekín añadió las tierras raras clave a los controles de exportación como parte de las represalias al arancel recíproco de EE. UU.
En parte, esa es la razón por la que Trump ha estado buscando minerales críticos en Ucrania, expresó Liao. Eventualmente, cuando los precios de estas materias primas para armas y productos electrónicos ya no se mantengan artificialmente bajos debido al monopolio de China empresas se unirán a los negocios de procesamiento, señaló.
Según el economista estadounidense Davy J. Wong, Estados Unidos y China no están en una guerra comercial, sino en una batalla por restablecer el protocolo de comercio internacional e incluso el orden mundial.
«Pekín ve los desafíos que Trump plantea como un rechazo al modelo económico de China», indicó Wong a The Epoch Times. «Además de eso es un serio desafío a todo el sistema chino. Por lo tanto, Xi no puede ceder. De lo contrario, su legitimidad dentro de China se derrumbaría».
Estados Unidos tiene más recursos
¿Qué tipo de dolor espera soportar el líder de cada país mientras se encuentra inmerso en el enfrentamiento arancelario?
Para Xi, la clave está en la resistencia del sistema político comunista, según Liao. El pueblo chino se empobrecerá y estará más descontento. Sin embargo, si el aparato comunista mantiene a la gente a raya, Xi podría aguantar.
El dolor de Trump provendría de la economía estadounidense, indicó Liao. Si la economía puede sobrevivir al impacto inicial y los votantes no pierden la paciencia con Trump, este puede seguir centrado en mantenerse firme contra el PCCh.
El mercado de valores estadounidense experimentó grandes caídas la semana pasada, impulsadas principalmente por la incertidumbre de los aranceles recíprocos globales. Con la mayor caída en tres días desde el verano de 2020 durante la pandemia del COVID-19, más de 6000 millones de dólares (5, 3 mil millones de euros) en valor se evaporaron en el mercado de valores.
La agitación del mercado de valores ha ejercido más presión sobre la Casa Blanca y Trump, quien a menudo ha atribuido el aumento del mercado de valores al trabajo de la administración.

Balding expresó que es muy probable que Trump aguante mientras el mercado de valores se ajuste porque el gobierno de EE. UU. está dando prioridad a la seguridad nacional, lo cual es diferente del enfoque de Wall Street en las ganancias empresariales.
El propio Trump lo ha dicho, describiendo la venta masiva del mercado como un dolor necesario para el objetivo más amplio de equilibrar el comercio y relocalizar la fabricación estadounidense.
«A veces hay que tomar medicamentos para arreglar algo», aseguró el 6 de abril.
El presidente también ha vinculado el desequilibrio comercial entre Estados Unidos y China a la seguridad nacional, indicando que Pekín utiliza su enorme superávit con Estados Unidos para financiar el ejército.
«Balding expresó que Trump probablemente resistirá durante la caída del mercado de valores porque el gobierno de EE. UU. está dando prioridad a la seguridad nacional, lo cual es diferente al enfoque de Wall Street en las ganancias comerciales».
«No queremos eso», dijo Trump en el Despacho Oval el 7 de abril. «No quiero que tomen 500 [mil millones], 600 mil millones de dólares (440 mil millones; 528 mil millones de euros) al año y los gasten en su ejército».
Tanto Balding como Yeh creen que si Trump puede negociar acuerdos con países clave, como Vietnam, Corea del Sur y Japón, para reducir significativamente los aranceles en el próximo mes, las empresas ganarán más certeza. Esto contribuiría a estabilizar el mercado de valores.
Washington tiene más recursos, aseguró Liao.
Además de seguir subiendo los aranceles, Liao declaró que Estados Unidos podría ejercer más presión sobre el PCCh uniéndose a los vecinos de China a los que no les gusta el régimen, como Vietnam y la India. Estados Unidos también podría adoptar un enfoque de derechos humanos y publicar un informe sobre los orígenes del COVID-19 o dar a conocer pruebas de la extracción forzada de órganos a presos de conciencia y minorías étnicas en China.
Andrew Moran y Luo Ya han contribuido a este informe.
Artículo publicado originalmente en The Epoch Times con el título: «Why US Has Upper Hand Over Beijing in Tariff Standoff»
Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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