En la película «Regreso al futuro», los coches ya podían volar en el año 2015. Desde entonces, el «futuro» ha avanzado una década más, pero lo cierto es que el coche volador sigue sin formar parte de nuestra vida cotidiana. Entonces, ¿cuál fue el primer intento serio de hacerlo realidad y cómo ha evolucionado desde entonces?
La idea de un coche volador promete resolver —o al menos reducir significativamente— los problemas de tráfico en las carreteras, además de acortar de forma notable los tiempos de viaje. No obstante, también plantearía nuevos desafíos, ya que el tráfico dejaría de ser bidimensional para convertirse en tridimensional.
El primer intento
El impulso por llevar esta tecnología al uso cotidiano de la población no es algo reciente. Hace más de 100 años, el pionero de la aviación estadounidense Glenn Curtiss protagonizó el primer intento oficial. En 1917, presentó su ambicioso proyecto: el Curtiss Autoplane.
Curtiss tomó como base el popular Ford Modelo T de la época y concibió una cabina para tres personas, que para aquellos años resultaba sorprendentemente cómoda. Bajo el capó, un motor de 100 caballos de fuerza —potente para su tiempo— proporcionaba la propulsión. A este vehículo se le acoplaba una estructura de alas desmontables, muy similar a las que se utilizaban en los aviones de entonces.

Sin embargo, este prototipo no podía volar correctamente. Solo era capaz de dar pequeños saltos.
Apto para volar a partir de la década de 1930
El Autogiro Company of America AC-35 fue el primero en volar correctamente por primera vez en 1936. El vehículo biplaza parece una combinación de helicóptero y pequeño avión de hélice, en el que el «rotor del helicóptero» es impulsado únicamente por el viento. Este principio del llamado autogiro todavía se utiliza hoy en día en algunos aviones ultraligeros.

En un breve vídeo se puede ver cómo un piloto de pruebas aterrizó el AC-35 en octubre de 1936 en un parque de Washington D. C., en Estados Unidos. El prototipo AC-35 convenció por su rendimiento. El único problema era su elevado precio: 12 500 dólares estadounidenses (11 000 euros). Convertido a la moneda actual, esta cantidad equivale a unos 290 000 dólares (unos 270 000 euros). Por lo tanto, el AC-35 no era asequible para el público en general.
El desarrollador Harold Pitcairn solo construyó un AC-35. Aunque trabajó para seguir desarrollando el modelo, el inicio de la Segunda Guerra Mundial y la aparición del helicóptero acabaron con las esperanzas de Pitcairn de que este concepto pudiera producirse en serie.
Un año más tarde, en 1937, Waldo Waterman presentó el Waterman Arrowbile: una cabina sobre tres ruedas con una hélice en la parte trasera que no giraba en «modo coche». El vehículo no tenía alas integradas. Estas debían montarse, por ejemplo, en un aeródromo. Al parecer, esto solo llevaba unos minutos. A continuación, el coche volador podía elevarse en el aire como un pequeño avión y volar, tal y como muestra un vídeo.

Foto: Unbekannt via San Diego Air & Space Museum Archiv, gemeinfrei
Objetivo: apto para el gran público
Poco después del final de la Segunda Guerra Mundial, el fabricante estadounidense de aviones y cohetes Consolidated Vultee Aircraft Corporation —Convair a partir de 1954— quería construir un coche volador apto para el uso masivo. Así, Hall y Tommy Thompson desarrollaron en 1946 el Convair Model 116.
La carrocería biplaza tenía un motor de 26 CV. Al igual que en el Waterman Arrowbile, en el techo del coche se podía acoplar un elemento con alas monoplano que albergaba otro motor de 90 CV que impulsaba una hélice de madera de dos palas. Este vehículo completó 66 vuelos de prueba.

Foto: Desconocido, vía Archivo del Museo del Aire y el Espacio de San Diego, dominio público.
Hall Thompson retomó la idea y en 1947 presentó el Convair Model 118, un concepto mejorado que ahora ofrecía capacidad para cuatro personas. El nuevo motor, pensado para este segmento de aviación ligera, alcanzaba los 190 CV. Se llegó a planear la producción de 160 000 unidades, con un precio estimado de 1 500 dólares estadounidenses (unos 1 320 euros). En Convair confiaban en que el modelo tendría buenas ventas.
Sin embargo, un vuelo de demostración terminó con un aterrizaje forzoso debido a la falta de combustible a bordo. Probablemente, el piloto confundió los indicadores de combustible del coche y del avión antes del despegue. Salió ileso con heridas leves.
Tras otro vuelo de prueba en 1948, el entusiasmo por el proyecto se desvaneció y Convair puso fin al programa. Esto se debió, entre otras cosas, a que el proyecto había alcanzado sus límites técnicos.

Permiso para circular por autopistas
En 1946, el diseñador Moulton Taylor también tuvo la idea de un coche volador. En 1949, finalmente presentó su prototipo Aerocar con alas desmontables, dos asientos y cuatro ruedas. Sin embargo, el segmento de vuelo no tenía que desmontarse. Las alas podían plegarse y toda la cola del avión podía transportarse como un remolque. El vuelo de prueba fue un éxito, lo que despertó el interés de muchos por el Aerocar.
Lo especial del Aerocar es que es el único avión de la historia que ha podido circular por las autopistas de Estados Unidos. Sin embargo, su desventaja es su elevado precio: al principio se vendía por 25 000 dólares estadounidenses (22 000 euros), hoy en día cuesta alrededor de 334 000 dólares (unos 294 000 euros) y, a finales de 2011, uno de los seis Aerocars fabricados estaba a la venta por 1,25 millones de dólares (1,10 millones de euros).
Otros obstáculos fueron las estrictas normas y el hecho de que los conductores debían tener una licencia de piloto para conducir el Aerocar. Por ello, el Aerocar no logró imponerse como vehículo de transporte público.

Platillo volante
También cabe mencionar el concepto del Avro Canada VZ-9 Avrocar, que surgió en la década de 1950. Con su forma circular, parecía un platillo volante. En el centro había una turbina que proporcionaba la sustentación.
En 1952, el Gobierno canadiense promovió el concepto, pero abandonó el proyecto por motivos económicos. A propuesta de Avro, el Ejército y la Fuerza Aérea de los Estados Unidos lo adquirieron en 1958. Los diseñadores intentaron satisfacer los diferentes requisitos de las dos fuerzas armadas. Debido a problemas aerodinámicos durante el desarrollo, el proyecto fue cancelado en diciembre de 1961. Habría sido el primer coche volador de despegue vertical.

Desarrollos modernos
Paul Moller, de Estados Unidos, es otro visionario que quería llevar un coche volador a las calles y al aire. Lleva trabajando en sus diseños desde la década de 1960. El resultado fue: el Moller M200X, el Moller Skycar M200M y el Moller Skycar M400. Los dos últimos parecen aviones de combate en miniatura con cinco y cuatro motores, respectivamente. Al ajustar los motores, este último debería poder despegar y aterrizar verticalmente como un helicóptero.
Sin embargo, las pruebas de vuelo se limitaron a vuelos de demostración no tripulados con cables de seguridad. Hasta la fecha, ninguno de los vehículos ha superado la fase de prototipo, y mucho menos ha revolucionado el transporte individual, como esperaba Moller en su día. El inventor lo atribuye a problemas de financiación. Aunque había inversores, estos querían ver productos, según explicó Moller. Al final, había invertido más de 100 millones de dólares en más de 50 años. Paul Moller tiene ahora 88 años.

A partir de 2009, el Terrafugia Transition intentó suerte como coche volador, o más bien como avión con ruedas. Se parece más a un pequeño avión que puede plegar sus alas y seguir circulando por la carretera. Para pilotar el Transition, de dos plazas, basta con una licencia de piloto deportivo, para la que en Alemania solo se necesitan 30 horas de vuelo prácticas.
Terrafugia ha anunciado en varias ocasiones su lanzamiento al mercado, la última vez para 2019. Sin embargo, al parecer nunca se ha producido. Según las estimaciones, el precio del Transition oscilaría entre 185 000 y 280 000 dólares estadounidenses (163 000 y 246 000 euros respectivamente).

Foto: IFCAR, dominio público
Buggy volador para la playa
Por el contrario, el I-TEC Maverick estadounidense de 2010 tiene un aspecto totalmente diferente. Se encaja más bien en la categoría de buggy para la playa o todoterreno. Su aspecto deja entrever que es muy ligero. Entre su equipamiento destaca una hélice más grande de 5 palas en la parte trasera.
Sin embargo, el I-TEC Maverick solo puede volar con una gran vela de parapente. Esto hace que sea imposible estrellarse. Una vez desplegada la vela en unos 20 minutos, el vehículo puede elevarse en el aire. Al parecer, no es necesaria una licencia de piloto, basta con un simple carné de conducir. En 2016, el precio era de 96 000 dólares (84 500 euros). El motor bóxer ofrece 190 CV, lo que se traduce en una aceleración vertiginosa en carretera: de 0 a 100 km/h en unos 4 segundos.

Otro coche volador con licencia de vuelo concedida por el Estado proviene de Eslovaquia. La empresa KleinVision desarrolló el AirCar1 en 2021. A principios de 2022, superó las pruebas de seguridad exigidas en Europa.
En marzo de 2024, KleinVision vendió la licencia del AirCar1 a una empresa china que quiere fabricar el modelo en serie. Sin embargo, no hay información más reciente procedente de China.
El biplaza, con un motor BMW de 160 CV, tendrá una autonomía de 1000 kilómetros y una velocidad máxima de 200 km/h. La transformación de coche a avión o viceversa dura algo más de dos minutos. El precio del coche volador se ha fijado recientemente entre 500 000 y 1 millón de euros. La particularidad del AirCar1 es que puede plegar las alas en la carrocería y retraer la cola. De este modo, el vehículo parece un coche deportivo cuando circula por la carretera.

Auto-Drohne
El último coche volador de nuestra lista no tiene alas ni parapente. En su lugar, cuenta con varias hélices situadas delante y detrás de la cabina del conductor, dentro de su carrocería permeable al aire. De este modo, el Alef funciona como un dron, al menos durante el despegue y el aterrizaje. En el aire, la carrocería gira alrededor de la cabina esférica y los paneles laterales actúan como las alas de un biplano. El Alef es totalmente eléctrico.
Hasta septiembre de 2024, la empresa Alef Aeronautics Inc había recibido 3200 pedidos anticipados y, en última instancia, quería poner en producción en serie el modelo A. El Alef puede circular por carretera y, según el fabricante, es actualmente el único coche volador que puede elevarse desde el suelo y aterrizar de nuevo. El precio del modelo A se ha fijado en 300 000 dólares estadounidenses (277 000 euros). El modelo Z, previsto para 2035 y con capacidad para cuatro personas, costará solo 35 000 dólares (31 000 euros).


Aunque ya existen algunos modelos que se pueden adquirir hoy en día, aún no se sabe con certeza cómo será el futuro. También es posible que algún día los coches ya no tengan neumáticos. Podrían despegar como helicópteros, flotar en el aire y volver a aterrizar.
Este es el concepto que persigue la empresa LEO Flight, que en 2021 ganó el premio NASA HeroX Award a la innovación. Según las pruebas de vuelo que se están realizando actualmente, la preproducción del LEO Coupé de dos plazas comenzará en 2026. Las dimensiones exteriores son similares a las de un coche deportivo con un alerón trasero muy ancho.
Más rápido, más seguro, más fiable. El futuro de la aviación ya está aquí. Domine los cielos con la próxima generación de aeronaves personales con el LEO Coupe, un coche volador propulsado por un motor a reacción 100 % eléctrico. #FutureFlight #Cars pic.twitter.com/yrP4C9gR82— LEO Flight Corporation (@leoflightcorp) 25 de septiembre de 2024
El coupé se eleva en el aire gracias a innumerables hélices pequeñas y tiene una autonomía de 400 kilómetros y una velocidad máxima de unos 320 km/h. Se prevé que el modelo esté disponible a partir de 2027. El precio base previsto de 459 900 dólares estadounidenses (unos 425 000 euros) hará que esta sensación de viajar por los aires sea, como prácticamente todos los coches voladores de los últimos 100 años, un privilegio reservado a la clase alta.
Artículo publicado originalmente en The Epoch Times Alemania con el título «Der hundertjährige Traum vom fliegenden Auto: Wann beginnt die Zukunft?»
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